Acupuntura

La acupuntura es una antigua práctica médica originada en China que se ha utilizado durante siglos para tratar todo tipo de condiciones de salud.

Su objetivo es ayudar al cuerpo a recuperar o mantener la salud a base de equilibrar la energía que fluye por los diferentes meridianos que nos atraviesan.

Se trabaja estimulando puntos específicos a lo largo de estos meridianos mediante la inserción de agujas muy delgadas en la piel, ayudando así a restaurar el flujo de energía y a promover la curación natural del cuerpo.

La acupuntura no pretende solo eliminar los síntomas, sino recordar al cuerpo su estado de salud y promover que el reequilibrio sea duradero.

• Mejora del sueño:

  Muchos pacientes experimentan una mejora en la calidad del sueño después de sesiones regulares de acupuntura, ya que puede ayudar a regular el ciclo del sueño y a promover un descanso más reparador.

• Fortalecimiento del sistema inmunológico:

  La acupuntura fortalece el sistema inmunológico, ayudando al cuerpo a defenderse mejor contra enfermedades y a mantener un equilibrio general de salud.

Empezamos con una conversación, más larga en la primera visita, en la que comentamos los síntomas, historial médico y cualquier inquietud específica que traiga la persona a la consulta.

Luego, ya en camilla, acabo de diagnosticar mediante la observación de la lengua y el pulso.

A continuación paso a colocar algunas agujas en puntos específicos del cuerpo, testando en algunos casos los puntos mediante la dígito-presión, pidiendo a la persona que tome o expulse aire en el momento de pinchar, y comprobando después los cambios en el pulso. Las agujas son de un solo uso, muy finas, y suelen insertarse superficialmente en la piel, lo que puede causar una sensación mínima o nula de molestia, como la picada de un mosquito.

Una vez colocadas, se deja a la persona en la camilla durante unos 20 a 30 minutos con las agujas en su lugar.

Muchas personas experimentan una sensación de relajación profunda durante la sesión y pueden incluso quedarse dormidas. Al finalizar, retiro las agujas y vuelvo a tomar el pulso para comprobar cómo ha acabado la sesión.